Acostumbrada a hablar de otras bodas, unas más cercanas que otras, pero todas muy bonitas, ahora que quiero hablar de la nuestra supongo que no va a ser tan fácil…. Ya ha pasado medio año, y casi lo recuerdo como un sueño pero con todo detalle. Los primeros meses no podía casi ni hablar de ese día sin emocionarme muchísimo, tanto que sólo el hecho de que me preguntaran qué tal había ido, como cuando me encontré con mi maquilladora Ana Albiol, era inevitable llorar como una loca, jajaja!
Aún ahora me ha resultado simplemente inevitable emocionarme con cada momento que recuerdo, además tengo grabadas miradas y gestos increíbles en mi memoria… supongo que es algo que nos pasa a todos. Me gustaría que este post fuera práctico para quienes van a casarse pronto y que sirva de inspiración además de contar de manera más personal todo lo que me llevó preparar la boda junto con mi marido.
Una de las cosas que nos vino muy bien fue planificar el timming un par de meses antes para cerrar las cosas importantes que queríamos tener, y así saber con certeza en qué hora iba a estar sucediendo cada cosa, en esto nos ayudó mucho Ángela de Gourmet Catering de Cartuja, sólo le decías la hora en la que empezaba la ceremonia y de ahí ya te decía la hora de llegada de los invitados al convite, que junto lo que queríamos que durara el aperitivo y cena, sabíamos que a la 1 am estaríamos en el momento del baile nupcial, y que justo unos minutos antes nuestra gran amiga Ana haría su discurso.
Hay aspectos importantes en la preparación como decirle al fotógrafo qué fotografías no pueden faltar ese día, este consejo lo leí en un blog y me vino fenomenal, me llevó a pensar que quería que Alfonso Calza nos acompañara en el coche justo después de habernos casado de camino a la celebración y esas fotos que nos hizo son algunas de las más bonitas que tenemos.
Todas las decisiones que rodean a la novia, su vestido, su peinado y sobre todo para mí las joyas, son muy importantes. Siempre se empieza por el vestido, creo que es lo fundamental, y normalmente el vestido condiciona el peinado y las joyas. Pero, y yo lo veo muy asiduamente en la joyería, hay quienes dan más importancia a los pendientes o a la tiara que van a llevar, porque al final y al cabo son piezas que van a usar mucho después de la boda, toda la vida.
En mi caso yo tenía idea de llevar algo en el pelo, me parece que tiene un encanto especial llevar joyas en la cabeza, al principio no sabía si algo tipo broche o una pulsera y finalmente nos decidimos por esta pulsera, preciosa, muy articulada que acoplaba perfectamente a mi cabeza, con brillantes engastados formando un dibujo, y que pude decorar con unas pequeñas flores blancas tipo jazmín a los lados.
Los pendientes los diseñamos en conjunto mi padre y yo, quería que “subieran” por el lóbulo y después de varias pruebas, el resultado fue mejor de lo que había imaginado. No esperaba menos ya que llevamos haciendo trabajos así de personales en la joyería desde hace más de 50 años y la experiencia se nota en cosas así, se trabaja a nivel técnico y por supuesto estético.
En cuanto al vestido llevaba una idea muy clara en la cabeza y cuando se lo expliqué a Luis me entendió perfectamente, estuve muy cómoda y además no pesaba nada, al ser la sobrefalda de organza, por muchos metros que llevara era muy ligera y además aportaba mucho movimiento.
Llevas meses hablando del tema, hablando con floristas, agencias de viajes… y de repente llega el día y mejor no haber dejado nada para última hora, porque ese día pasa muy rápido entre peluquería, maquillaje y las horas vuelan. A mi me pasó que no me había mirado ni al espejo cuando ya estaban haciendo fotos en casa, ni un minuto de tranquilidad hasta que se fueron todos a la Iglesia y me quedé esperando con mi padre que se hiciera la hora de irnos juntos en coche.
La entrada en la Iglesia con mi padre fue…, ver a todos los invitados y al fondo a Jaime esperando, tan guapo, con sus padres y mi madre en el altar, es algo imposible de olvidar. Mis sobrinos entraron delante tirando florecillas al suelo, con los anillos, las arras y un cartel de “por fin llega la novia”, con caritas de pillos y muy divertidos.
Durante los meses de preparativos son tantos los momentos muchas veces capturados con una cámara, incluso la del móvil, que me he hecho un álbum de todos esos meses, y lo recomiendo porque son fotos que a larga pueden perderse y creo que cuando seamos más mayores nos hará ilusión ver… El momento de meter las invitaciones en sus sobres y poner nuestro cuño una a una, las visitas a La Cartuja para tomar medidas de los espacios que Jaime iba a ambientar, las pruebas de vestido y de chaqué, las despedidas de solteros, la pedida con las familias.. Es un álbum de ilusión.
Queríamos transmitir el encanto de Italia y del Mediterráneo en nuestra boda, desde que viajamos a Roma, su encanto nos cautivó, y por eso Jaime reprodujo una plaza italiana en el aperitivo con puestos de tela, muchísimas plantas, flores y árboles, mesas largas de madera decoradas y otras mesas redondas pequeñas, un banco de madera, un seating con temática de cine en el que las mesas se llamaban con el nombre de nuestras películas favoritas.
En la cena también se recreó este ambiente italiano con guirnalda siciliana, situada en el claustro descubierto con el campanario y los pórticos alrededor; las mesas iban vestidas con manteles floreados diferentes en cada una y diferentes centros, unos más altos con flor y velas, otros con invernaderos llenos de flor, y otros con pequeños jarrones pompeyanos con flor.
Algo que nos llevó bastante tiempo, porque le dábamos mucha importancia era la música de la ceremonia. Vicente Casas nos ayudó y tuvo inmensa paciencia con nosotros, porque no exagero si tardamos más de dos meses en definir todas las canciones. Nos gustan muchas pero queríamos algo especial, y finalmente elegimos un repertorio que bordaron la soprano Yolanda Marín y el tenor Pascual Andreu, junto con un trío de cuerda y Vicente en el piano. Era como una pequeña ópera italiana! Las canciones más especiales que elegimos y que no habíamos oído en una boda antes son: Oh mio babbino caro, que me encanta!!; Con té partiró, una de las canciones preferidas de mis padres; Leyendas de pasión, un clásico muy emotivo; River flows in you de Yiruma, durante el rito del matrimonio; y Viva la vida de Coldplay en el momento en que salíamos de la Iglesia, que recuerdo como si hubiera sido ayer.
Detalles como las bengalas durante nuestro baile, un grupo de jazz en directo en el momento del aperitivo, o que Jaime encargara 180 hamburguesas de McDonalds con patatas y nuggets para que saliera junto con el resopón del catering (nuestros amigos aún nos lo recuerdan como el colofón de fiesta perfecto, estaban recién hechas!), son algunos de los detalles que elegimos para nuestra boda, esos y muchos otros hacen diferentes unas bodas de otras, lo que sí teníamos claro desde el principio que empezamos a organizarla fue que queríamos ver disfrutar a todos nuestros amigos, y las decisiones de después ya vinieron condicionadas por esta premisa.
Cuando vimos las fotos de Alfonso la sensación de felicidad de ese día es lo que se veía en las caras y en los ojos de nuestros amigos y familiares, reflejando la complicidad y la alegría, y los momentos tan divertidos de la fiesta.
Recuerdo cuando a las 7 am me di cuenta de que estaba acabando la celebración, cómo me caían ya algunas lágrimas, la verdad es que no quería que terminara nunca ese día. Al día siguiente recibí en el móvil alrededor de 300 fotos de amigas y familia de cada momento de la boda, y mensajes de agradecimiento por lo divertida que había sido… y yo sin creerme que ya había pasado!
Iglesia: San Juan del Hospital
Celebración: La Cartuja de Ara Christi
Joyas novia: Anillo de pedida, alianzas, pendientes y tiara de Antonio Romero Joyeros
Zapatos novia: LK Bennett
Vestido novia: Luis Rocamora
Peluquería: Pascual de LookValencia
Maquillaje: Ana Albiol de Nars
Chaqué novio: Knack Men
Zapatos novio: Berwick 1707
Reloj novio: Terrascope JEANRICHARD de Antonio Romero Joyeros
Canción baile nupcial: Your Song cantada por Ellie Goulding
Vestido madrina: Angel Schlesser
Vestido madre novia: Luis Rocamora
Flores: El taller de Clo
Fotos y vídeo: Alfonso Calza
Luna de miel: Vietnam, Camboya, Bangkok y Maldivas, por agencia Occius
Diseñador gráfico invitaciones: Carlos Sánchez Rubio
Vestidos niños: By Kelly
Autocares: Capaz