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La boda de Sofía y Javier

09 Nov, 2015

Se conocieron por un amigo en común de cuando Javier estuvo estudiando con la beca Erasmus y estuvieron en contacto hasta que en una fiesta de disfraces empezaron su historia de amor… Y desde ese momento hasta hoy, inseparables.

Su boda se celebró hace apenas dos meses en el Monasterio del Puig, donde hay una preciosa Iglesia de estilo gótico en la que Sofía siempre había imaginado su boda, tal vez también porque tiene una gran escalinata de piedra que es una auténtica maravilla!

Para mí es muy emocionante hablar con ella, sobre todo cuando ha sido tan reciente el día más importante de sus vidas, y ella misma me comenta: “Llegue a la Iglesia con mi madre porque en ausencia de mi padre no me imaginaba un acompañante mejor. La llegada al altar cogida con ella tan fuerte de la mano es algo que no olvidaré nunca.”

Su vestido de novia lo hizo Luis Rocamora: “Busqué en varios sitios pero nada de lo que veía tenía que ver conmigo. Él entendió enseguida mi idea y quedé encantada. Era de crepe con gasa de seda natural y tenía unos detalles en encaje color tostado. El velo era el «algo prestado» porque es de mi cuñada Prado, siempre me había encantado y fue muy especial llevarlo. Mis zapatos me los hice a medida en Solepiel, eran color tostado del mismo tono que los encajes del vestido muy bonitos pero sobretodo muy muy cómodos.»

Vino a la joyería buscando una joya que fuera especial para lucir el día de la boda pero que también pudiera llevar en otras ocasiones después. Una pieza con un toque vintage, con algo de color, favorecedores y cómodos:

Llevé unos pendientes preciosos de diamantes y coral piel de ángel de Antonio Romero regalo de mi madre y mis hermanas. En cuanto los vi no me los quité de la cabeza, eran justo lo que quería. En serio, tuve la sensación de que estaban hechos para mi. También llevé mi anillo de pedida también de Antonio Romero, un solitario en oro blanco que no puede ser más bonito!”

Las alianzas eligieron un modelo clásico que ahora eligen muchos novios, en oro amarillo en forma de media caña.

El ramo lo encargó a El Taller de Clo, porque lo quería muy natural y campestre como recién cogido del campo, no quería algo muy ordenado y formal y lo acertaron, con las mismas flores que llevaba en el tocado de la cabeza.

Javier llevaba un elegante chaqué clásico con chaleco verde oscuro de Ascott, camisa de Knack Men y corbata de Loewe. Sus gemelos de Antonio Romero, eran en oro blanco en forma de nudos marineros, y llevaba un reloj en recuerdo del padre de Sofía, que su madre le regaló para la boda, y que para ellos tiene muchísimo valor y fue una manera más de tenerle presente en un momento tan importante.

La boda la organizaron ellos mismos, porque les hacía ilusión llevar todos los detalles a cabo y la celebración del banquete fue en la Masía de Campo Anibal, Sofía me comenta: nos gustó mucho desde el principio. El trato que nos dieron fue espectacular. En cuanto a la decoración temática hicimos un photocall en el que pusimos sombreros y complementos de disfraces en recuerdo de la fiesta en la que empezó nuestra historia. La candy Bar estaba inspirada en el viaje de novios por Estados Unidos.”

El viaje de Luna de Miel que hicieron fue un sueño! Costa Oeste de EEUU (Las Vegas, San Francisco y Los Ángeles), Miami y crucero por las Islas Bahamas. “Teníamos muy claro que queríamos ir a la Costa Oeste y pasar algunos días en la playa, surgió la oportunidad y fue perfecto. Repetiriamos cada día!”

Hay algo que me doy cuenta que es común en todas las bodas (ahora que yo también lo he vivido recientemente con la mía) y es esa sensación que se te queda de felicidad total como bien describe Sofía: “Todo el mundo esta feliz por ti, sonrientes, emocionados, es una sensación única. Estamos muy contentos porque lo disfrutamos todo de principio a fin, aprovechamos cada instante y eso te deja muy satisfecho.”

Las fotografías están realizadas por Castarnado, y captan perfectamente el día que vivieron Sofía y Javier lleno de sentimientos y felicidad.